Por Armando Bautista
Desde años atrás, en el valle
de San pablo Coatlan de Miahuatlán Oaxaca Oaxaca los habitantes de éste municipio
cuentan historias enigmáticas, del cual se tiene la creencia de que el diablo
ronda en los alrededores de San Pablo.
A finales de la década del 2000, Miguel Angel de oficio albañil originario del
pueblo San miguel Coatlan, salió en busca de diversión con unos familiares que
pertenecían en San pablo.
Entre cervezas y mezcales
estuvieron celebrando hasta que les calló la noche. Sin embargo Miguel Angel insistió en seguir conviviendo
con sus familiares, pues, muy pocas veces tenía la oportunidad de estar con
ellos.
Cuando decidió irse para su
pueblo ya que tenía que ir a trabajar, algunos le aconsejaron que mejor
esperara a que amaneciera, pues ya eran las 3:00am. Pero éste no quiso y
tomando un burrito prestado, partió de nuevo hacia el pueblo de san miguel.
Para el camino llevó una
lámpara para distinguir mejor, sin embargo a la mitad de su trayectoria el
burro, paró sus orejas y comenzó a rebuznar, y Miguel alumbró hacia al frente.
-
quién anda ahí – dijo Miguel un poco asustado,
caminando y alumbrando hacia al frente – quién anda ahí, contesta o ya veras de
lo que soy capaz.
Pero en ese instante el burro
se echó a correr por donde habían venido, así Miguel se quedó completamente
sólo. Se agachó y tomó una piedra grande para arrojársela a quien quiera que le
saliera en el camino. Se persignó y rezó un padre nuestro. La piel se le erizó
al escuchar el sonido de un chivo.
-
ave maría Purísima, no me desampares ni de noche ni de
día – dijo Miguel temblando de miedo.
De pronto, salió al instante
un chivo de color negro y en cuanto éste lo alumbró, vio que el animal tenía
los ojos rojos, y en ese instante un fuerte dolor estomacal invadió su estomago
que lo dejó tendido en el suelo. Cuando más se acercaba el chivo hacia Miguel,
más fuerte le provocaba el dolor.
No podía moverse, y el animal
seguía caminando alrededor de él.
Así que finalmente rezó la
oración de San Miguel Arcángel con mucha devoción y fue así que pudo librarse
de este animal, posteriormente corrió despavorido hacia su pueblo.
Pobre Miguel quedó tan
asustado que tuvo que ir a la iglesia del pueblo a levantar al párroco y
explicarle lo que el vio al tiempo que le pedía su santa bendición.
Miguel nunca volvió hacer el
mismo de antes, quedó loco, traumado, la gente del pueblo supo de esto, y con
el paso de los años, la vereda que había circulado Miguel fue conocido como, el
valle del diablo.
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