Por: Armando Bautista Reyes
Durante el siglo XVI, el
México prehispánico alcanzó un alto desarrollo en la caza, la agricultura y en
sus asentamientos, mismos que tuvieron repercusiones con la llegada de los
españoles. Una de las peculiaridades de mayor prestigio en estos asentamientos,
fueron los rituales y las políticas a
nivel local o regional.
Cabe destacar también, que la
conducta de los pueblos indígenas estaba regida según por el Dios que se
veneraba; es por eso que es de notarse, la diversidad de las “casas de
adoratorios”, mismo donde se ofrendaba o se inmolaba a una persona para
glorificar a su Deidad; bien pudiera ser un guerrero caído en batalla o un
prisionero.
Veracruz, no estuvo exento de éstas, pues fueron las primeras en ser descubiertas
por el capitán Juan de Grijalva, entre el 10 u 11 de junio de 1518; y entre el 20 o 21 de ese mismo mes, según lo indica el
padre Juan Díaz en su itinerario, quien acompañó al capitán Grijalva en su
travesía. A continuación vamos a enfocarnos en la realización de los sacrificios
de estas islas, con qué nombre se les conocía y a qué dioses se les rendía
culto.
San
Juan de Ulúa, isla de sacrificios y playa de chalchihuecan como casas de
adoratorios.
Durante el período posclásico
y parte del clásico, en la isla de San Juan de Ulúa, Sacrificios y en la banda
de tierra firme frente a éstas, se realizaron rituales o sacrificios en honor a
tres deidades principales: Tezcatlipoca, Quetzalcoátl y Chalchiutlicue.
Estas tres deidades formaban
parte del panteón azteca, de la mitología mexica. En teoría, podríamos citar
que la isla de Sacrificios, San Juan de Ulúa y la banda de tierra firme frente
a éstas, era denominado como: el panteón de las deidades. Conozcamos ahora el
significado ritual de estos lugares.
Topónimos
y significado ritual de las islas
“Los
vocablos para designar a la isla de San Juan de Ulúa eran Tecpan Tlayácac (nariz
o saliente de la tierra del palacio, o [en la punta de palacio]), el de la isla
de Sacrificios era Chalchuihuitlapazco (en el apaztle o [lebrillo de jade]), a
un pequeño río y sus alrededores en la banda de tierra firme frente a Tecpan
Tlayácac se le conocía como Tenoyan (donde hay puente) y a lo largo de la
franja costera posiblemente comprendido entre el río Huitzilapan y el Jamapa era
denominado como Chalchiuhcuecan o Chalchicueyecan (faldas de jade o [en las
faldas de jade]).
Como se mencionó
anteriormente, se realizaban rituales a tres deidades principales, estos
estaban ubicados de la siguiente forma: Tezcatlipoca en Ulúa, Quetzalcoátl en
Sacrificios y Chalchiutlicue en la banda de tierra firme; es decir, en Tenoyan.
Según estudios realizados por
arqueólogos, se ha determinado que la veneración de Tezcatlipoca en Tecpan Tlayácac
(Ulúa) era para contrarrestar o equilibrar el poder de su precioso gemelo;
mientras que Chalchuihuitlapazco (sacrificios) representaba el destierro de
Quetzalcoátl.
Quetzalcoátl pide los huesos
de los hombres muertos a Mictlantecuhtli, dios de los infiernos, y al recibirlos
emprende la huida y en el camino se cae y los rompe, apenas tiene tiempo de
recogerlos y salir con ellos, a pesar de todo se sacrifica sobre los huesos y los riega con su sangre, dando origen así a la nueva humanidad. Por eso es que existe la
creencia de que los hombres somos hijos de Quetzalcoátl. Quetzalcoátl promete regresar en el año de su
nombre Ce Acatl (1 caña), lo cual
corresponde a 1519, por eso es que cuando llegaron los hombres de hierro a
tierra del Anahuac, Moctezuma tenía la creencia de que Quetzalcoátl regresaba a
tomar posesión de su reino tolteca.
Por otra parte Tezcatlipoca
es el cielo nocturno, el inventor del fuego, está relacionado con la luna, con
la maldad o destrucción, encarnado como Yáotl, se convierte en el patrono de
los guerreros y por lo tanto ligado a Huitzilopochtli, quien también es su
contrario. Su nombre significa “espejo que humea” es el patrono de los
principales, y él mismo recibe el nombre de Nezahualpilli, el príncipe que
ayuna y con el nombre calendárico de Ome acatl, preside en los convites y
banquetes.
En cuanto a Chalchiutlicue,
hermana de los dioses de la lluvia que se decían Tlaloques, era la diosa del
mar y de los lagos, era especialmente patrona del mar Huéyatl, esto da a
entender, el porqué los mexicas denominaban al Golfo de México, principalmente
a la región de Veracruz, como Chalchicueyécatl.
Chalchiutlicue era venerada
por aquellos que tenían sus tratos y granjerías con el agua, como los
vendedores de agua y pescadores; se honraban por su poder para crear
torbellinos y tempestades.
Estas afirmaciones dan a
entender, que el desembarco de Hernán Cortés responde más al topónimo de
Tenoyan.
Hasta el momento son los
datos más precisos para entender el significado de las islas, sus ritos y el
verdadero desembarco de Hernán Cortés. La historiografía de las costas de
Veracruz, es como el océano, una gran profundidad que no acabaríamos nunca, y
que actualmente sigue estando en proceso de investigación que pone en lo alto
el orgullo y la cultura enriquecedora del puerto de Veracruz.
Fuente
bibliográfica:
San Juan de Ulúa. Puerta de la historia Volumen 1 – ICAVE;
Coordinador Pablo Montero. Autores: Daniel Goeritz – Judith Hernández Aranda – Pablo
Contero – Virginia Murrieta Martínez. Primera edición 1996. Cap. 2 Tecpan Tlayácac
antes que Ulúa, pag; 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70,71.
Itinerario de la armada del Rey Católico a la isla de Yucatán, en la india,
el año de 1518, en la que fue por comandante y Capitán General Juan de Grijalva.
Escrito para su Alteza por el Capellán Mayor de la dicha armada – Documento
escrito en 1518 por el padre Juan Díaz
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España – Bernal
Díaz del Castillo; introducción y nota de Joaquín Ramírez Cabañas, México, editorial
Porrúa (sepan cuantos…) 1980 pag, 25 en el cap. 3