viernes, 30 de mayo de 2014

EL VALLE DEL DIABLO


Por Armando Bautista

Desde años atrás, en el valle de San pablo Coatlan de Miahuatlán Oaxaca Oaxaca los habitantes de éste municipio cuentan historias enigmáticas, del cual se tiene la creencia de que el diablo ronda en los alrededores de San Pablo.

A finales de la década del 2000, Miguel Angel de oficio albañil originario del pueblo San miguel Coatlan, salió en busca de diversión con unos familiares que pertenecían en San pablo.

Entre cervezas y mezcales estuvieron celebrando hasta que les calló la noche. Sin embargo  Miguel Angel insistió en seguir conviviendo con sus familiares, pues, muy pocas veces tenía la oportunidad de estar con ellos.

Cuando decidió irse para su pueblo ya que tenía que ir a trabajar, algunos le aconsejaron que mejor esperara a que amaneciera, pues ya eran las 3:00am. Pero éste no quiso y tomando un burrito prestado, partió de nuevo hacia el pueblo de san miguel.

Para el camino llevó una lámpara para distinguir mejor, sin embargo a la mitad de su trayectoria el burro, paró sus orejas y comenzó a rebuznar, y Miguel alumbró hacia al frente.

-          quién anda ahí – dijo Miguel un poco asustado, caminando y alumbrando hacia al frente – quién anda ahí, contesta o ya veras de lo que soy capaz.

Pero en ese instante el burro se echó a correr por donde habían venido, así Miguel se quedó completamente sólo. Se agachó y tomó una piedra grande para arrojársela a quien quiera que le saliera en el camino. Se persignó y rezó un padre nuestro. La piel se le erizó al escuchar el sonido de un chivo.

-          ave maría Purísima, no me desampares ni de noche ni de día – dijo Miguel temblando de miedo.

De pronto, salió al instante un chivo de color negro y en cuanto éste lo alumbró, vio que el animal tenía los ojos rojos, y en ese instante un fuerte dolor estomacal invadió su estomago que lo dejó tendido en el suelo. Cuando más se acercaba el chivo hacia Miguel, más fuerte le provocaba el dolor.

No podía moverse, y el animal seguía caminando alrededor de él.

Así que finalmente rezó la oración de San Miguel Arcángel con mucha devoción y fue así que pudo librarse de este animal, posteriormente corrió despavorido hacia su pueblo.

Pobre Miguel quedó tan asustado que tuvo que ir a la iglesia del pueblo a levantar al párroco y explicarle lo que el vio al tiempo que le pedía su santa bendición.

Miguel nunca volvió hacer el mismo de antes, quedó loco, traumado, la gente del pueblo supo de esto, y con el paso de los años, la vereda que había circulado Miguel fue conocido como, el valle del diablo.

lunes, 19 de mayo de 2014

MILAGROS EN LA NUEVA VERACRUZ DURANTE LA INVASIÓN DE LOS PIRATAS



Si bien se ha dicho que los piratas hicieron una de las barbaridades más crueles en la ciudad de Veracruz desde el 17 de mayo hasta el 30 de ese mismo mes en 1683. Pero vamos a conocer más a fondo tocando especialmente los puntos de los hechos milagrosos, en los cuales se tiene la creencia de que Dios actuó a favor de los veracruzanos, evitando un sufrimiento más doloroso cuando todas las esperanzas estaban perdidas.

El día 21 de mayo  a las 4 de la tarde comenzaron a saquear los objetos de oro en la sacristía del templo parroquial y del altar también, quiénes realizaron este acto, fue un mulato acompañado de tres franceses. Rompieron cuanto objeto encontraban, llevándose copas, relicarios, cuadros e imágenes que contenía mucha plata, no dejaron absolutamente nada.


Al llegar a la capilla del Santo Cristo del buen viaje ocurrió un acontecimiento del cual algunos sacerdotes (el vicario y el monje Fray Juan de Avila) que acompañaban a los piratas lo tomarían como un hecho milagroso. Al llegar al pasillo central del altar, quitaron una cortina y se encontraba un cristo crucificado mismo que contenía enormes clavos de plata sobre los extremos de izquierda y derecha. También la hechura del letrero era 100%  de plata. Los piratas se detuvieron frente a la imagen y sin encontrar nada siguieron su paso en el interior de la capilla. El sacerdote que tenía el cargo de vicario insistió nuevamente a los piratas que la imagen contenía mucha plata diciéndoles:

Su Señoría no me hagan cargo de que usurpo o escondo cosa de plata y después me quiten la vida y así advierto que aquel Santo Cristo de aquella capilla tiene las potencias, el rotulo y los clavos de plata”, señaloles con la mano el Santo Cristo, apenas oyeron ellos decir: plata, cuando dijeron donde estar plata, volvioles a señalar el vicario con la mano el Santo Cristo que es de la estatura de un hombre y dijoles aquí está la plata estuvieron mirando a el Santo Cristo muy gran rato y se salieron sin llegar a el
TEXTO DE LOS RELATOS DE FRAY JUAN DE AVILA SIGLO XVII

Los piratas fueron informados tres veces de la plata que contenía el crucifico. Y sin embargo jamás lograron encontrar absolutamente nada. El vicario, El monje Fray Juan de Ávila y el sacristán quedaron impresionados tomando conciencia que Dios no los había abandonado y así mismo defendía lo que pertenecía a aquella capilla.

Vuelvo hacer hincapié con el manuscrito de Fray Juan de Ávila, quien tacha a los piratas, como hombres llenos de maldad y soberbios:

Este día sucedió un caso por donde se conocerá cuan soberbios y crueles estaban los enemigos y cuan abatidos nosotros. Un vecino de la Veracruz llamado Molfa (Morfa) que estaba entre los ingleses y sabia su lengua les dijo en su idioma: “bien se conoce en el mal cuartel que nos dan que la más gente que viene son franceses y el general, que si fueran ingleses nos guardan los fueros de la guerra”, estaba un francés entre los enemigos que sabía la lengua inglesa y apenas dijo esto el prisionero cuando de un golpe lo dejó por muerto y sacando una carabina se empeñó tanto que le había de matar que se hizo mucho de la parte de los suyos y de los nuestros en escaparlo, pues fue menester que nos echásemos encima de él.
TEXTO DE LOS RELATOS DE FRAY JUAN DE AVILA SIGLO XVII

Para el día 27 de mayo cuando la ciudad se encontraba en el punto más bajo de las circunstancias, mulatos, mestizos, esclavos y algunos frailes, fueron llevados a la isla de Sacrificios por un plazo de 11 días. Eran aproximadamente como unas 2000 personas sin contar a los frailes.

Al llegar la noche la isla se cubrió con gran cantidad de mosquitos, y hacia al centro de la isla había muchos hormigueros. Esto llevó a los prisioneros que prefirieran dormir en la arena cerca del mar, pero los piratas se los impidieron y los obligaron a dormir entre los hormigueros y los moscos. Desesperanzados los veracruzanos no tuvieron más remedio que dormir en el lugar que les indicaron y a esperar la triste muerte al amanecer. La sorpresa fue, que durante los 11 días de estancia en la isla, jamás fueron molestados por los moscos y a pesar de que dormían entre los hormigueros, nunca recibieron mordeduras de estos insectos. Para su suerte, tampoco llovió.

Así mismo fue considerado como un milagro más de nuestro señor Jesucristo, quién favoreció la vida de los veracruzanos, para que dieran testimonio de que Dios nunca abandona al que lo invoca

Fuente bibliográfica

Los piratas en la Nueva VeracruzFray Juan de Ávila (siglo XVII)

 Blog Veracruz antiguo:                 Aguapasada.wordpress.com/2013/05/25/nueva-veracruz-invasion-y-saqueo-pirata-de-1683-indice/

viernes, 16 de mayo de 2014

LA INVASIÓN DE LOS PIRATAS EN LA NUEVA VERACRUZ



Por: Armando Bautista Reyes.

“17 de mayo de 1683, una fecha ignominiosa, fúnebre, dolorosa, que ha quedado escrito con sangre en las páginas más oscuras de Veracruz, por la temible invasión de los piratas, una invasión que cobró la vida de 400 personas incluyendo hombres, mujeres y niños; una invasión que ha pasado a la historia como el peor Apocalipsis de esta ciudad. Estimado lector, prepárate para conocer la peor masacre del puerto Veracruz.”

En la madrugada del 17 de mayo de 1683 sucedió uno de las catástrofes más terribles en la historia de la ciudad de Veracruz (Nueva Veracruz [ciudad de tablas] en aquel entonces. Hasta el momento, la ciudad estaba en pleno desarrollo, la mayoría de las casas eran de madera, de ahí la denominación del nombre de la ciudad de tablas. Las edificaciones más destacadas fueron los conventos, entre ellos: el convento de San Francisco de Asís (actual recinto de la reforma [faro de Benito Juárez]), la residencia de los jesuitas que posteriormente pasó a ser convento en el siglo XVIII con el nombre de San Agustín “el nuevo”, el templo de la merced (actualmente no existe), el convento de Santo Domingo (hoy está en remodelación), el templo parroquial (actualmente Catedral) que en aquella ocasión se encontraba en plena remodelación. Éste último templo parroquial, se convirtió en un camposanto durante dicha invasión ya que sobre éste sitio muchas familias sepultaron a sus hijos una vez que murieron de hambre y sed; motivo porque los piratas no permitieron que saliesen del templo.

Días antes de la de la invasión, se encontraban unas embarcaciones muy distanciadas aún de la costa, la ciudad se encontraba en paz y tranquilidad un día como cualquiera. Al llegar el 17 de mayo del día lunes se aproximaron dos navíos, del cual, muchos habitantes notaron esto. Pero la sorpresa sería a un mayor al llegar al anochecer; ni siquiera se imaginaban algunos el infierno que les esperaría aquella madrugada. Dios los ampare.

Pasada la media noche en la madrugada del día 18 los piratas tenían analizada la situación de la población, todos se encontraban dormidos, incluyendo a los guardias de los fuertes. Pero para cerciorarse de esto, tuvieron que enviar a un grupo de espías (entre ellos iba un mulato, muy conocido en Veracruz) quienes se encargaron de recorrer todas las casas y tomar nota de aquello antes de empezar dicho asalto.  Toda la armada comenzó a entrar con mucha diligencia sin que nadie los descubriera. Esta flota estaba dirigida por el pirata “Lorenzillo” y estaba armada con mulatos que habían vivido en la Veracruz, de indios campechanos, mestizos, españoles, ingleses y franceses, con un total de 800 hombres.

La distribución de estos piratas fue que un grupo entrara por ambos baluartes, otros entraron por lado principal del convento de San Francisco de Asís; otros tomaron como punto de partida el playón de hornos; otras pequeñas guarniciones cruzaron los medanos de los alrededores y algunos entraron directamente por la playa, saqueando y asesinando a cualquiera que intentase escabullirse. La resistencia que hubo en el baluarte fue muy escasa debido a la falta de pólvora. Los piratas tenían rodeada completamente toda la ciudad, nadie podía salir o escapar de sus casas. Algunos que intentaron hacerlo, les impedían el paso en la puerta principal de sus viviendas. Todos estaban acorralados. Hubo algunos que intentaron escapar desde las ventanas pero fueron asesinados al instante. Saquearon a todos los monjes del templo de San Francisco. En la plaza de armas (actual zócalo) se llevó a cabo una pequeña resistencia, en donde un capitán había perdido el brazo izquierdo. Sin embargo todo fue inútil. Por mucho que trataron de someter a los piratas, les fue imposible. La ciudad había caído en manos de bandidos, éstos la tomaron por sorpresa en el transcurso de la madrugada. A todos los habitantes los estaban reclutando en la plaza principal. Había muertos por doquier. Y los sobrevivientes fueron encerrados en el templo parroquial a las 7 de mañana.



El número de personas que permanecieron encerrados en la parroquia eran más de 5 mil, no recibieron ni siquiera una gota de agua en todo el día, ni un biscocho o cualquier cosa que pudieran comer. Todos estaban apretados y de pie, apenas y cabían en el templo. La desesperación hacia acto de presencia entre ellos. Gritos y lamentos no dejaban de cesar en todo el día. Las madres no se dieron abasto para poder consolar a sus hijos, mismos que serían las primeras víctimas de ese día. Cuando la muerte asechaba en el interior del templo, tuvieron que cavar para dar cristiana sepultura a los fallecidos. Realmente estaban sufriendo la condena de la muerte negra, con la pestilencia entre ellos. Los que murieron de hambre en aquél día, fueron aproximadamente alrededor de 50 almas, principalmente niños. Para el martes, Veracruz, ya estaba en poder de los piratas.

El miércoles 19 estando encerrados los habitantes en la parroquia, a las 10 de la mañana entraron los bandidos al templo con unos barriles llenos de pólvora para explotar el lugar. Al instante de que los prisioneros presenciaron esto, gritaron, suplicando clemencia de que les perdonaran la vida, otros se abrazaron a las esculturas de los santos, y otros se desmayaron. Estos hombres sólo estaban jugando con la vida de sus rehenes.  Posteriormente mandaron a sacar algunos mulatos y negros para que les dijeran en dónde se encontraban las joyas de sus amos. Algunos no querían dar explicación con la excusa de que no sabían y recibieron fuertes azotes, hasta perder la vida.

Finalmente, algunos esclavos decidieron decir dónde tenían escondido la fortuna de sus amos y ahí mismo en el templo juntaron joyas y anillos de las que llevaban puestas aquellas damas. También se hizo una junta, en el que llamaron al vicario, notificándole que no destruirían la ciudad si entregaban todo lo que los piratas exigían. Pero Lorencillo no se conformó con lo que se había recaudado, así que nuevamente amenazó con destruir la ciudad.

Al llegar la noche del jueves 20, fue la más triste para el pueblo veracruzano, en especial para los maridos. Los piratas entraron al templo y tomaron mujeres, yéndose por los rincones hasta violarlas salvajemente en presencia de sus esposos. Nadie podía hacer nada, porque eran amenazados de muerte. Sólo un esposo murió al intentar oponerse a este acto.

El día 22 de mayo, una vez que tenían saqueado objetos de valor de las viviendas sacaron a muchos negros y mulatos incluyendo mujeres para que ayudaran con el cargamento hacia las embarcaciones; y así mismo, una vez que acabaron, fueron abandonados en la isla de sacrificios. Ese día no comieron ni bebieron; incluso, algunos murieron al momento de transportar la mercancía. En esta ocasión también los sacerdotes fueron llevados a la isla por una estancia de 11 días.

Estos piratas ya tenían adquirido gran cantidad de joyas con todo lo que habían sacado dentro de las casas y muchas vestimentas que se repartieron entre ellos. Y fue hasta el día 29 de mayo que se aproximaba una flota a la costa, pero con dirección hacia la vieja Veracruz. Por este motivo los piratas determinaron irse ese día durante el transcurso de la noche.

A la mañana siguiente el rescate había llegado y trajeron muchos biscochos para los que estaban en la isla de sacrificios. Así transcurrió aquel día en transbordar a tierra a todos los que se encontraban en la isla. Algunos cruzaron nadando.

Los piratas saquearon aproximadamente más de 5 millones y medio de pesos entre ganados, ropa, sacos de harina, aceite,… sin contar a los esclavos que se llevaron, los cuales sumaban más de 2000.

Este hecho fue la peor masacre que pudo haber existido en la ciudad de Veracruz con una pérdida de 400 muertos, comenzando con los mas pequeños y muchos héroes anónimos que actualmente no han sido reconocidos en defensa de la ciudad. Ahora yo te pregunto a ti estimado lector, ¿consideras que debe honrarse a las personas que ofrendaron su vida durante el asalto de los piratas? ¿Consideras que Veracruz debería ser 5 veces heroica y no cuatro? Muchas gracias.

Referencia bibliográfica

13 leyendas e historias de la ciudad de Veracruz – asalto pirata de 1683 – Autor: Juan José González (1943)

Serie de documentos Historicos

Los piratas en la Nueva Veracruz.Autor: Fray Juan de Ávila (siglo XVII)  

1683: combate en la plaza de armas de la Nueva VeracruzAutor sargento Juan de Chávez (20 de junio de 1683).


Un profundo agradecimiento al investigador privado Uluapa señor, que gracias a sus investigaciones y por su valioso esfuerzo al rescate de documentos históricos de Veracruz se ha dado a conocer este suceso más a fondo por su medio de su Blog

Para mayor información, pueden visitar el blog del investigador Uluapa señor:
http://aguapasada.wordpress.com/2013/05/19/nueva-veracruz-prisioneros-en-la-parroquia-o-en-la-merced/  pueden visitarlo. 

LOS DOCE APOSTOLES DE MÉXICO




Por: Armando Bautista Reyes

El 13 de mayo de 1524 llegaron Doce franciscanos al puerto de San Juan de Ulúa, para dar inicio a la etapa de la evangelización en la Nueva España, mejor conocidos como: "los doce apóstoles de México."

El 30 de octubre de 1523, doce franciscanos que habían sido seleccionados por el General de la misma orden y por el emperador Carlos V, se reunieron en el convento de Santa María de los Ángeles  de la provincia de San Gabriel de Extremadura España, allí recibieron instrucciones precisas de cómo llevar a cabo la evangelización, al tiempo que fueron advertidos de la situación social y el largo camino que recorrerían.

Esta evangelización consistía en catequizar con el mayor ejemplo cristiano  demostrando el verdadero amor de Cristo. Se abandonaron completamente en la pobreza en cuerpo y alma. Quién iba al frente de esta misión era Fray Martín de Valencia.

Una vez embarcados en la misión evangelizadora partieron de San Lúcar de Barrameda el 25 de enero de 1524; el 4 de febrero arribaron a la Gomera, la cual formaba parte de las islas Canarias; el 5 de marzo a Puerto Rico; el 13 de ése mismo mes a la isla de la Española o Santo Domingo; el 30 de abril a la Villa de la Trinidad. Finalmente llegan al puerto de San Juan de Ulúa el 13 de mayo de 1524, un día antes de la vigilia del Espíritu Santo.

Las condiciones física de los doce franciscanos eran deplorables: hábitos rotos, descalzos, mal alimentados, fatigados por el viaje; el único sustento era la fuerza de la fe bajo la protección de la Divina Providencia.


Al llegar a Tlaxcala “se detuvieron allí algunos días... y aguardaron el día del mercado, que los Indios llaman Tianquiztli, cuando la mayor parte de la gente de aquella provincia se suele juntar a sus tratos y granjerías, acudiendo a la provisión de sus familias. Y maravilláronse de ver tanta multitud de almas, cuanta en su vida jamás habían visto así junta, alabaron a Dios con grandísimo gozo por ver la copiosísima mies que se les ofrecía y ponía por delante. Y movidos con el celo de la caridad que venían, ya que no les podían hablar, por ignorar su lengua, comenzaron con señas (como hacen los mudos) a declararles su intento, señalando al cielo, queriéndoles dar a entender, que ellos venían a enseñarles los tesoros y grandezas que allá en lo alto había. Los Indios andaban detrás de ellos, como los muchachos suelen seguir a los que causan novedad, y maravillábanse con verlos con tan desarrapado traje, tan diferente de la bizarría y gallardía que en los soldados españoles habían visto”.

Fray Toribio de Benavente "Motolinía" argumenta en su memoriales, que al llegar a Tlaxcala los indios los observaron y que por consiguiente murmuraban entre ellos en tono de lástima la palabra Motolinía, lo cual significa el afligido, el pobrecito. Motivo por las circunstancias en que se encontraban. Fray Jerónimo de Mendieta nos dice en su obra de la "Historia Eclesiástica Indiana, que los indígenas veían con mucha tristeza a estos franciscanos ofreciéndoles tortillas (pan de la tierra por parte de los españoles) y algunas frutas.

Al llegar a la ciudad de México Cortés se entera de la llegada de estos misioneros e inmediatamente sale a recibirlos con muchos indios y caciques principales entre ellos Cuauhtémoc (último emperador azteca). La vestimenta de estos frailes fue de impacto para los indígenas, al ver que ellos venían vestidos de manera distinta ya que estaban acostumbrados a ver a los soldados de la conquista bien vestidos y perfumados. Cortés hace una reverencia hacia estos franciscanos besándoles el atuendo con la finalidad de que los indígenas hicieran lo mismo. Pero sobre todo que tuvieran respeto y obediencia hacia ellos. Dando inicio así la evangelización de los doce apóstoles de la Nueva España.

Nomb
re de los doce franciscanos:

Fray Martín de Valencia, Francisco de Soto, Martín de Jesús (o de la Coruña), Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, y los frailes legos Andrés de Córdoba y Juan de Palos.


FUENTE BIBLIOGRÁFICA

Historia General de los Indios de la Nueva España. - Toribio de Benavente Motolinía

Historia Eclesiástica Indiana - Fray Jerónimo de Mendieta

Historia de la Verdadera Conquista de la Nueva España, capítulo 171 - Bernal Díaz del Castillo

Enciclopedia Franciscana.

La llegada del Cristianismo - Arqueología Mexicana. 

Monarquía indiana, libro XV, capítulo 10 – Fray Juan de Torquemada

Colección de documentos para la historia de México; noticias de la vida y escritos de fray Toribio de Benavente Motolinia – José Fernando Ramírez


viernes, 9 de mayo de 2014

LA MUERTA QUE RESUCITÓ



Esta es la historia de Moctezuma Xocoyotzin y su hermana Papantzin, que fue esposa del señor de Tlatelolco.

Papantzin era joven y muy hermosa, vivía en el palacio que le había dado su esposo. Un día enfermó de gravedad, la atendieron los mejores médicos de Tenochtitlán, pero a pesar de los esfuerzos murió.

Asistieron al funeral altas personalidades que vistieron elegantemente, tanto de Tenochtitlán, Texcoco, y Tlatelolco, de donde era su esposo. Moctezuma adornó al cadáver con valiosas plumas y joyas de oro y jade.

 El cuerpo de la princesa se sepultó en una gruta, rodeado de hermosos jardines de palacio, adornado con bellas y exquisitas flores, junto al estanque, donde ella acostumbraba bañarse.

Al día siguiente del funeral cruzó una niña por el estanque y vio a la princesa peinando su larga caballera; la niña no se asombró ya que era rutina encontrarla allí.

De pronto, la princesa llamó a la niña y le dijo:

-Ven cocotón, ven. –Ella se acercó a la princesa; ésta le dijo que fuera corriendo a llamar a la esposa del mayordomo al palacio, pues necesitaba hablar con ella.

La niña obedeció, y contó lo sucedido, pero la señora se resistía a creerle, pues sabía como todos que Papantzi  estaba muerta y ya había sido sepultada el día anterior; sin embargo, llegó hasta el lugar y efectivamente ahí estaba la princesa. De la impresión tan grande se desmayó.

Papantzin le dijo entonces a la pequeña que llamara a su madre, pero al llegar, también se desmayó después de dar un grito de espanto. Cuando despertaron de su desmayo  las asustadas mujeres, la princesa les habló dulcemente y les explicó que no estaba muerta.

Las mujeres estaban felices al escucharla, pues todos la quería mucho y de inmediato fueron informarle al mayordomo que la princesa no había muerto, y a pedirle que fuera a Tenochtitlán a contarle la noticia a Moctezuma, pero tenía miedo de que no le creyera, y lo castigara por lo mismo.

-Ya que tienes tanto miedo, ve a la ciudad de Texcoco y dile al señor Netzahualpilli que venga a verme –dijo la princesa.

El mayordomo, que estimaba mucho a la princesa la obedeció enseguida y fue a entrevistarse con Netzahualpilli; pero éste tampoco lo podía creer. Sin embargo, cuando la vio en Tlatelolco y la vio sentada confirmó que era verdad.

Decidió ir a México-Tenochtitlán para ver a Moctezuma y hacerle saber que su hermana estaba viva y que quería darle una noticia importante.

Moctezuma no daba crédito a lo que escuchaba de Netzahualpilli, y éste le rogó que fuera a Tlatelolco para que tuviera la certeza de que era verdad lo que le decía.

Finalmente Moctezuma salió rumbo a Tlatelolco, acompañado de mucha gente y guerreros de la corte, por que pensaba que se trataba de una trampa.

Al ver a su hermana no lo podía creer, ya que él mismo la había sepultado en la gruta del día anterior, y ahora se encontraba viva ante sus ojos; mudo de asombro, con voz ahogada, le dijo:

-Papantzin, hermana mía, en verdad eres tú o eres un fantasma que perturba mis sentidos.

-Sor yo, señor, Papantzin, tu hermana, la misma que enterraste ayer en los jardines de este palacio, estoy viva, y tengo que darte un mensaje importante que me ha sido revelado.

Mudo de asombro, tomaron asiento aquellos señores y se dispusieron a escuchar aquella revelación.


-Cuando caí en el profundo sueño de la muerte, tuve una visión. Me encontraba en un camino, que se dividía en muchos senderos y a un lado pasaba un río con un gran caudal de agua. Pensé cruzarlo nadando, cuando se prensentó de repente un hermoso joven con gran porte que vestía una túnica blanca y brillaba con el sol. Tenía dos alas adornadas con plumas y en su frente llevaba una señal (al decir esto, Papantzin hizo con sus dedos la señal de la cruz). El joven tomó mis manos y dijo las siguientes palabras: “¡Alto! No te arrojes al río de las aguas turbulentas, no es tu tiempo de cruzarlo, todavía no conoces al verdadero Dios, creador de todas las cosas, pero aún así él te ama y quiere salvarte”.

Después de escuchar estas palabras, el hombre me condujo por la orilla del río en la que se veían huesos y cráneos humanos y se escuchan lamentos a lo lejos, que llamaban a la compasión.

Al alzar la vista vi unas embarcaciones muy grandes y dentro de ellas muchas hombres, diferentes a nosotros.

Su piel era blanca como el papel y barbas largas; cubrían sus cabezas con cascos que resplandecían y sostenían en las manos unas banderas.

Entonces el hermoso joven habló de nuevo para decirme:

“Dios quiere que vivas aún, a fin de que des testimonio de lo que va a pasar en tu tierra; de las transformaciones que vas a ver próximamente. Los lamentos que escuchastes a lo lejos, son las almas de tus antepasados, quienes vivían atormentados en castigo a sus desobediencias. Los hombres que viste en las embarcaciones, son guerreros que van conquistar a tu pueblo, pero alégrate, con ellos viene la noticia del verdadero Dios, creador de todo cuanto existe. Cuando termine la guerra y se extienda el conocimiento de Dios, y tus hermanos de raza reciban el agua que lava todos los pecados, tú serás la primera en recibirla”.

Después de decir estas palabras desapareció, y yo desperté nuevamente, como si hubiera salido de un sueño; me levanté de la fría piedra en que me encontraba, y moví la roca que tapaba la gruta para salir del jardín, buscando a mis sirvientas para explicarles todo lo que me había pasado.

Al escuchar el relato, Moctezuma regresó a su palacio, decaído y triste, aterrorizado por que su imperio iba a ser conquistado.

Los médicos trataban de consolarlo y le decía que probablemente su hermana se estaba volviendo loca a causa de la enfermedad que había padecido.

Pero Moctezuma no dejaba de estar muy triste, pues lo que su hermana le había relatado de alguna manera corroboraba las noticias de la costa: precisamente había visto llegar a estos hombres, como Papantzin lo había dicho, sin saber de lo que se trataba.

En cuanto a Papantzin, ésta sufrió algunas transformaciones en su conducta; después del acontecimiento, vivió encerrada en sus habitaciones; dicen que apenas comía y sacrificaba su vida, absteniéndose de lujos.

En 1524 recibió las aguas del bautismo, siendo efectivamente la primera que nació con Cristo, por sus aguas vivificadoras, recibiendo en ese acto el nombre de doña María de Papantzin.


Después, su vida poseyó todas las virtudes, derramando bondad a todos los que la rodeaban; así murió para entrar a la vida que nunca se acaba.                                                                                                                                                          Fuente bibliográfica

Leyendas mexicanas (versión de Teresa Valenzuela) – Mario Rodríguez. 2013