jueves, 26 de marzo de 2015

MICTLANTECUHTLI



Por: Armando Bautista Reyes

En las mitologías mexica, mixteca y zapoteca es considerado como el dios del infierno o el señor de la muerte. Su nombre se deriva del vocablo náhuatl: “mictlan” [región de los muertos]; “tecuhtli” [el señor]; es decir: el señor de la región de los muertos. Regía el inframundo junto con su esposa “mictecacihuatl” [señora de los habitantes de la región de la muerte]. En su mundo oscuro, recibía las almas de todos aquellos que morían por causa de enfermedad sin importar la distinción de clase.

Según los mitos, era enemigo del dios “quetzalcóatl”; se dice que le permitía la entrada para que recogiera los huesos de los hombres muertos, asimismo para rellenarlos con su sangre e inmediatamente escapaba del infierno.

Los mexicas tenían caracterizado al infierno, lugar de oscuridad, tinieblas y representaban la imagen de este dios en forma de calavera. Para mayor prueba de ello. En los vestigios del templo mayor se encuentra un monumento. También en el puerto de Veracruz en las instalaciones del museo de la ciudad “Manuel Gutiérrez Zamora” se encuentra otro vestigio, una piedra redonda y se alcanza a distinguir el rostro de una calavera.
 




















Fuente bibliográfica

1) Historia general de las cosas de Nueva España; libro III; apéndice, capítulo 1 “de los que iban al infierno y de sus obsequias”; página 198; Editorial Porrúa “sepan cuantos”; décima primera edición; anotación y apéndices de Ángel María Garibay K. – Fray Bernardino de Sahagún.

2) San Juan de Ulúa puerta de la historia vol. 1; “Tecpan Tlayacac antes que Ulúa (Judith Hernández); página 66; ICAVE; primera edición 1997 – Daniel Goeritz, Judith Hernández, Pablo Montero, Virginia Murrieta Martínez.


Gracias al señor director del museo de la ciudad del puerto de Veracruz Ricardo Cañas Montalvo por tomar la foto de la piedra. 

domingo, 22 de marzo de 2015

FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SANTA MARÍA DE LA VICTORIA



Por: Armando Bautista Reyes.

El 12 de marzo  de 1519, la tercera expedición dirigida por Hernando Cortés, llegó al río de Tabasco – éste río fue bautizado como Grijalva, por ser su descubridor Juan de Grijalva  - entrando en ella solo las embarcaciones más pequeñas para ir en busca de agua y comida. En un recorrido de obra de media legua, encontraron una pequeña población conocida como: Punta de Palmares. Para mayor asombro de los españoles, junto a la ribera del río, un buen ejército de indios impediría el desembarco. (1) Cortés, viendo que aquellos indios, estaban tan apercibidos para dar guerra, mandó a Jerónimo  de Aguilar para requerirles la paz. Los tratados de paz fueron inútiles. Por esta razón, Cortés determinó en tomar la población por medio de la fuerza, distribuyendo sus tropas al siguiente día del 13 del mismo mes.

Los indios al percatarse del avance de sus enemigos, ocuparon toda la ribera para defender su tierra a costa de sus vidas. Por el otro lado, los aventureros rogaban para que les dejasen tomar agua; cada quién defendía sus intereses. Esto ocasionó una sanguinaria lucha entre ambos bandos, saliendo victorioso las tropas de Cortés. Ese mismo día, se tomó “posesión de aquella tierra por su majestad y él en su real nombre, y fue de esta manera: que desenvainada su espada, dio tres cuchilladas en señal de posesión en un árbol grande que se dice Ceiba, que estaba en la plaza de aquel gran patio, y dijo que si había alguna persona que se lo contradijese, que él lo defendería con su espada y una rodela que tenía embarazada.” (1)

Conforme pasaban los días, los expedicionarios españoles iban azorando a otros pueblos, enfrentándose a millares de indios siendo ellos tan pocos. Pero la verdadera batalla apenas comenzaría con la unificación de todos los pueblos de aquella región con un solo propósito: expulsar a sus invasores. El capitán Cortés, enterado de la gravedad de la situación, manda apercibir a todos sus hombres, haciendo uso de toda la artillería militar que estaba a su disposición. Los caballos, fueron utilizados por primera vez.

Finalmente, la batalla decisiva, tendría como escenario en el pueblo de Cintla; los tabasqueños descargaron toda su furia e ímpetu con sus mejores armas, no permitirían que aquellos hombres de hierro se adueñasen de sus tierras; sin embargo la disciplina, la caballería y la artillería de fuego de los españoles, la cuales eran muy superior a la de sus oponentes, les daría el primer triunfo, tomando aquellas tierras en nombre del emperador Carlos V con fecha del 25 de marzo de 1519.

Asimismo, Cortés ordenó fundar una villa – siendo ésta la primera – con el nombre de Santa María de la Victoria, en honor a la virgen del mes de marzo, la cual se celebra el día 25; así mismo por la victoria que les dio.

Para hacer legítima esta fundación, se celebró una misa; se les habló del “mal que hacían en adorar ídolos y dioses que ellos tienen, y hízoseles entender cómo habían de venir en conocimiento de nuestra santa fe, y quedóles una cruz de madera grande puesta en alto, y quedaron muy contentos, y dijeron que la tendrían en mucha veneración  y la adorarían…”, (2) quedando habitada únicamente por indios.

Esta villa de la victoria se acabó enteramente hacia la mitad del siglo XVII por las incursiones de los ingleses. Sus habitantes fundaron en sitio más distante del mar, otra población con el nombre de Villa Hermosa…” (3).

Notas

1) En la edición que poseo en mis manos de la obra de Bernal Díaz nos dice que son 12 000; pero en su manuscrito original del archivo histórico de Guatemala, nos dice que son 28 000.

 Algunos historiadores afirman que este acto de Cortés, de clavar su espada en el árbol más sagrado de aquella tribu, sucedió en la batalla del 25 de marzo, día de la fundación; esto es falso; esto se puede desmentir siguiendo al testigo principal Bernal Díaz, pues afirma que sucedió en el día 13.

Fuente bibliográfica

1) Historia verdadera de la conquista de Nueva España; capítulo XXXI – XXXII – XXXIII – XXXIV; páginas 50 – 51 – 52 – 53 – 54 – 55 – 56; Editorial Porrúa “Sepan cuantos…”; décimo noveno edición; introducción y notas de Joaquín Ramírez Cabañas – Bernal Díaz del Castillo.

2) Historia Antigua de México; libro VIII; capítulo 4 “victoria de los españoles en Tabasco”; páginas 420 – 421; Editorial Porrúa “sepan cuantos…”; décimo segunda edición; prólogo de Mariano Cuevas – Francisco Javier Clavijero.


3) Cartas de Relación; primera carta de relación 10 de julio de 1519; página 20; Editorial Porrúa “sepan cuantos…”; vigésimo cuarta edición; nota preliminar de Manuel Alcalá de la Academia Mexicana de la LenguaHernán Cortés.

viernes, 13 de marzo de 2015

SACRIFICIOS EN EL TEMPLO MAYOR DE MÉXICO




Por: Armando Bautista Reyes.

En 1486 en el reinado del rey Ahuítzotl (1482 - 1502) octavo rey de México, se terminó de ampliar el gran templo mayor en un período de 4 años. Para su inauguración, se organizó una gran fiesta, invitando a los reyes aliados y la nobleza de otros pueblos. En este evento, se hizo el mayor número de concursos, con una duración de 4 días; así mismo, se hizo el mayor número de sacrificios en toda la historia del imperio mexicano, con una cifra exorbitante. Torquemada dice fueron 72 344 víctimas; otros afirman que son 64 060. La organización que se tuvo para acomodar a los inmolados fue, colocarlos en dos hileras, sobre las calzadas de Iztapalapa y Tlacopan; conformen llegaban al templo, eran sacrificados prestamente.

Fuente bibliográfica

Historia Antigua de México; libro IV; capítulo 23 “Dedicación del templo mayor de México”; páginas 170 – 170; Editorial Porrúa “sepan cuantos”; décima segunda edición; prólogo de Mariano Cuevas – Francisco Javier Clavijero.